CINCO FRASES DEMOLEDORAS QUE A NADIE LE GUSTA OÍR.

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Las palabras son como balas.

Esas frases malditas, horribles, hirientes y, además de todo, inútiles cuando se trata de llegar a un acuerdo. En las discusiones, como en la guerra, parece que lo más importante es ganar para no perder. El vencedor se queda con todo y el vencido tiene que someterse. Pero, como en las guerras, muchas veces no se contempla la posibilidad de deponer las armas, sentarse a negociar y llegar a un acuerdo. Si quieres evitar que esos rocecillos tontos se conviertan en tragedias griegas, intenta no arrojar bajo el pie de tu interlocutor/a ninguna de estas minas antipersona.

“NO VAS A PODER”.

¿Qué crees que ganas diciéndole a alguien “no puedes hacerlo”? ¿Te imaginas todos los adjetivos con los que bombardeas su cerebro cuándo pronuncias esas tres palabras?  Las formas son tan importantes para el subconsciente que modifican los contenidos, distorsionan el mensaje y pueden hacer de algo cierto y sin importancia algo ofensivo. Cuando afirmas que no puedo me haces sentir pequeña e insegura. Pero si eliges el camino largo, si me evitas el jarro de agua fría y me explicas cabalmente tus argumentos,  si me demuestras que llevas la razón, seré yo quien diga con toda la honestidad: “qué va, yo no podría”. De esta forma los dos salimos ganando y has conseguido hacer que llegue por mis propios medios a tu misma conclusión, pero con una gran diferencia: cuando termine la conversación, no tendré que ponerme a reconstruir mi autoestima.

“TE LO DIJE”.

Imagen¡Sí! ¡Ya sé que me lo dijiste! ¡Me acuerdo perfectamente! Cuando dices esto a alguien, básicamente estás diciendo: “¿Ves? Yo tenía razón y tú no. Hiciste lo que tú querías en vez de lo que quería yo y ahora, ¡te has equivocado!” Lo que has de preguntarte es: ¿qué obtienes cuando dices esa frase maldita? ¿Qué buscas? ¿Satisfacer tu ego, demostrar tu infalibilidad, volver a caer en la misma discusión que tuvisteis cuando “se lo dijiste”? Además esta es una de esas afirmaciones boomerang que vuelven a ti cuando menos te lo esperas. Algún día será a ti a quien se lo han dicho y no te va a gustar nada que te lo recuerden.

“ME DUELE MÁS A MÍ QUE A TI”

Eso que suelen decir las madres cuando nos daban un capón. A todos nos fastidiaba por igual pero algunos, con muy mala memoria, se empeñaron en incorporarlo a su propio lenguaje. Si no funcionaba cuando te lo decía tu madre, que es tu madre y se lo consientes (casi) todo, ¡cómo quieres que te sirva a ti de algo! Es una frase que, la mires por donde la mires, es ofensiva. Primero porque se dice en un momento que ya es de por sí bastante tenso, ya que de algún modo estás dañando o hiriendo a la otra persona. En segundo lugar porque implicas que sabes exactamente en qué grado le está doliendo al otro y no, por muy empático que seas (que mucho no lo debes ser si te sirves de perlas como ésta), no lo sabes. Y en tercer lugar, porque no contento con presuponer cómo de mal se siente la otra persona, encima afirmas que tú te estás sintiendo peor. Y con eso ya has conseguido, además de poner triste a alguien, cabrearle.

“TÚ SIEMPRE…”/”TÚ NUNCA…”

Por ejemplo: “Tú siempre me haces lo mismo”/”Tú nunca piensas en mis sentimientos”. Creo que son la fórmula mágica para empezar una discusión o para recrudecerla, el reproche más desafortunado porque implica que “siempre” o “nunca” haces o no haces algo. Como toda generalización que se precie, lo más probable es que sea errónea. Seguramente yo pienso en tus sentimientos, aunque tú sólo seas capaz de recordar en un momento de cabreo las veces en que aparentemente no lo he hecho. Y con toda probabilidad no será verdad que siempre me hagas lo mismo, porque si ese fuera el caso y resulta que eso que haces me desquicia, no estaría aquí diciéndote lo mala gente que eres. Estaría con gente que me hace otras cosas que me gustan o que, al menos, no me disgustan. En estos casos y antes de que se nos llene la boca con conceptos infinitos, quizá sea mejor ejemplificar las veces en que creo que no me has tenido en cuenta o usar una cuantificación más cabal como “algunas veces”. Sin gritar, por favor. Esto siempre y cuando quieras evitar que la cosa vaya a peor; si lo que quieres es montar el pollo del siglo y desahogarte rompiendo trastos, no dudes en usarlo.

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“NO ME HAGAS HABLAR”

Y otras variantes como “no me tires de la lengua”, “mejor me callo” y similares. ¡Pero habla, hombre (o mujer), habla! ¿No se trata de eso? Pero hablemos con calma. Esta frase equivale más o menos a “mira, cállate porque tengo tantas cosas que echarte en cara y tantos reproches y tantas cosas apuntadas en mi lista negra sobre ti, que como empiece a decirlas todas vas a desear no haber nacido”. Es amenazante, es desafiante y nos pone a la defensiva. Puede que sea cierto que guarde en mi arsenal un montón de cosas horribles sobre ti y que sea capaz de fulminar tu discurso con todas ellas, pero en cualquier caso no queda bonito… A ver si vas a creer que soy yo rencorosa, con lo poco sano que es eso. Seguro que se me ocurre alguna manera mejor de decir que tú también te equivocas y que ninguno de los dos somos perfectos.

La máxima de que “hablando se entiende la gente”  sólo funciona cuando por las dos (o más) partes hay una auténtica voluntad de entendimiento. Si no quiero entenderte o no quieres entenderme, es mejor que no hablemos y que, cuando se nos pase el calentón, retomemos el diálogo. Porque si nadie está dispuesto a ceder ni a moverse un milímetro de su posición inicial o, al menos, de hacer un esfuerzo por comprender la del otro, entonces estaremos desperdiciando tiempo y energía para nada. Así que, antes de empezar, pregúntate si estás dispuesto a aceptar de buen grado un final en el que no acaben dándote toda la razón y sometiéndose a tu punto de vista. 

Si la respuesta es no… Pues ya sabes lo que hay.

Estoy deseando saber cuál es la peor para ti. ¿Se te ocurre alguna más?

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22 comentarios

Archivado bajo Reflexiones, Relaciones

22 Respuestas a “CINCO FRASES DEMOLEDORAS QUE A NADIE LE GUSTA OÍR.

  1. Me ha parecido un post alucinante. Me he visto reflejada en cada frase, tuve una pareja en la que sacabamos lo peor el uno del otro…parece un manual de como «joderla» bien…otra perla de sabiduría sería la frase » Fulanito tenía razón cuando te dijo aquello»…golpe bajo donde los haya…
    Un besazo guapa y enhorabuena ❤

    Chu!!

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    • Anyway

      Muchísimas gracias, Carolove. Y no sólo por tu comentario, que me ha hecho sentirme maravillosamente bien, sino porque si mis posts están mejorando, tiene que ver mucho con vosotros. A través de vuestros comentarios, de vuestro feedback, de los magníficos ejemplos que suponen vuestros propios blogs… Este post está recibiendo tanta atención en comparación a todos los otros, y sé que tenéis tanto que ver que sólo puedo expresar cómo me siento usando la carolengua: ¡sois amor!

      Gracias gracias gracias!!!
      Muaaaaaaaaaa.

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  2. elPakoP

    Tengo que reconocerlo. Durante mucho tiempo no había nada que me gustara más que ganar una discusión. Y nada que me jodiera más que perderla. Pasaba horas después de finalizar la batalla dialéctica rumiando argumentos que soltar la próxima vez que encontrara a esa persona. Y es que cuestionar mis ideas era algo peor que meterse con mi madre. Seguro que he utilizado todas las tácticas que describes para conseguir que mi interlocutor me diera la razón o al menos se callara.
    Con el tiempo me he dado cuenta que ganar no sirve de nada si la otra persona sigue pensando lo mismo. Discutir tiene sentido solamente cuando te esfuerzas en explicitar tus argumentos y sentimientos y usas todos tus recursos para entender los de la otra parte. No debe salir victorioso ninguno de los dos contendientes. Debe triunfar la Verdad. Este debe ser el objetivo del combate y se debe evitar dañar al adversario en la medida de lo posible. Este es el ideal que persigo cuando discuto pero es complicado cumplirlo cuando se mezclan sentimientos.
    Y odio cuando en las discusiones se sacan trapos sucios del pasado. Es algo contra lo que no se puede luchar.
    Un saludo.

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    • Anyway

      Me ha encantado tu comentario elPakoP. Ha sido casi como leer algo que hubiese escrito yo. Si he llegado a estas conclusiones es porque, obviamente, conozco muy bien el tema. Y yo hacía exactamente lo mismo: cada vez que «perdía»moralmente la discusión, le seguía dando vueltas y vueltas hasta el hartazgo. Y cuando creía haber dado con el argumento definitivo, iba y sacaba otra vez el tema y sí, podía acabar yo con la razón, pero a costa de soportar otra vez la tensión de la re-discusión. Porque no me refiero en este post a charlas de café, sino a discusiones en las que, como tú bien dices, se mezclan los sentimientos y las emociones.

      También llegó un día en que conseguí dar ese giro que tan bien describes: de perseguir la superioridad dialéctica a anteponer la voluntad de entendimiento. Descubrí la posibilidad de que, en determinados tipos de confrontaciones, no podamos hacer valer la verdad porque no exista como tal, sino que se estén poniendo sobre la mesa visiones subjetivas de cada cual que, para cada cual, serán siempre verdaderas aunque no lo sean para el otro. Y como veo que estás muy en la onda, voy a dejar que esto te lo explique Ortega y Gasset, que nadie lo sabe hacer mejor, para que cuente como opción en todas nuestras futuras «discusiones» 🙂

      Muchas gracias por pasarte y por regalarme unos minutos de tu tiempo para leer y comentar. ¡Un abrazo!

      «Pero la realidad no puede ser mirada sino desde el punto de vista que cada cual ocupa, fatalmente, en el universo. […] Cada hombre tiene una visión de verdad. Donde está mi pupila no está otra; lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra. […] La verdad, lo real, el universo, la vida –como queráis llamarlo- se quiebra en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo.

      […] La realidad, pues, se ofrece en perspectivas individuales. Lo que para uno está en último plano, se halla para otro en primer término. El paisaje ordena sus tamaños y sus distancias de acuerdo con nuestra retina, y nuestro corazón reparte los acentos. La perspectiva visual y la intelectual se complican con la perspectiva de la valoración. En vez de disputar, integremos nuestras visiones en generosa colaboración espiritual, y como las riberas independientes se aúnan en la gruesa vena del río, compongamos el torrente de lo real.»

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      • elPakoP

        Muy interesante el fragmento de Ortega y Gasset. Desde pequeño me preguntaba si el rojo que yo veía era el mismo que veía el resto de la gente y como podría comprobarlo. Este es un gran vídeo acerca de este tema:

        La subjetividad de la experiencia humana plantea cuestiones apasionantes como el relativismo moral.
        Veo que nuestras corrientes de pensamiento van paralelas y bastante próximas por lo que es sencillo el trasvase de “agua” entre ellas.
        Te sigo leyendo. Saludos.

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    • ¡Qué recuerdos! Me has transportado directamente con tu vídeo al tercer año de carrera, a la asignatura Filosofía del Lenguaje y de La Mente. No había vuelto a acordarme de los qualia, Además me ha encantado el tipo del vídeo y sus inesperadas apariciones desde distintos ángulos… xDDD Aparte de que se le entiende genial y eso se agradece muchísimo.

      Viene muy al caso: relevante y clarificador para el tema.

      Muchas gracias y espero que sigamos componiendo el torrente de lo real.

      ¡Un abrazo!

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  3. Yo me quedo con algo que no sale, que son esas segundas personas del plural (y a veces primeras del singular) destinadas a que sea el que escucha el que haga lo que la frase reza: “deberíamos empezar a limpiar el trastero”, “tendría que ir a comprar una mesa para el salón”…
    ¿Por qué no me gustan? Porque me parecen un rodeo estúpido e innecesario cuando se puede decir “quiero hacer xxxxxx, y me gustaría que me ayudes con ello”.
    También, como te dije en Face… Los famosos “sí o qué” y “es lo que hay”. Fatalismo y cuestionamiento irónico, en dos patadas.

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    • Anyway

      Jajajajajaja, ¡genial! A mí también me parecen de lo peor. ¡Pero si ya sabes que te voy a ayudar encantada de la vida! ¿Por qué usas el plural ese de marras? Lo que lo hace aun peor es que a veces se usa no para pedir ayuda indirectamente, sino para reprenderte tácitamente por algo… Es decir, si la que tiene el trastero hecho un cristo soy yo y me dices que «tenemos que limpiarlo», me chirría mucho más que si me lo dices de una forma directa (pero sin insultar, eh…).

      Muchas gracias por pasarte por mi humilde morada y te digo lo mismo que a Caro… Gracias también por todo lo demás… 😉

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  4. Pingback: Cinco frases demolederas que a nadie le gusta oír

  5. Silvia

    Que importante es como hablamos a los demás ( y a nosotros mismos) y que poca conciencia tenemos de ello cuando estamos en una discusión acalorada…

    Imagino que como tanta gente, he utilizado muchas de ellas en varias ocasiones de mi vida, y eso que me incomodan enormemente este tipo de situaciones y suelo interceder para que haya paz, tanto viviéndolas en primera persona como siendo una espectadora… Es mucho más fácil que tomes conciencia cuando lo ves desde fuera, claro.

    Hay dos ejemplos que me viene a la cabeza para invertir este modelo…
    Uno es un anuncio de coca cola en el que el matrimonio, a través de su hijo empezaban lanzándoselos acusaciones, En un punto del anuncio, el hijo empieza a transmitir un mensaje completamente diferente ( y no menos real, pues eran hechos del pasado feliz) positivo y de amor, y consigue acabar con el conflicto
    ( me encantabaaaaaaaaaa este anuncio ;)) siiiiii )

    Y otro ejemplo simple pero muy gráfico, es cuando en las charlas de meditación vipassana describían el comportamiento que tenemos frecuentemente en las discusiones, imaginandonos que el mal estar es el fuego que provoca las peleas y comparando el echar gasolina al fuego ( palabras hirientes) cuando queremos acabar con una pelea, o echar agua ( palabras amables) para acabar con esta discusión….
    O re conducirla para un buen entendimiento, no creo que callarse siempre las cosas sea una buena solución, pero desde luego, como lo haces y que palabras empleas, lo cambia todo…

    ;))

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    • Anyway

      Claro que sí, Silvia. ¡Esa es la cuestión! Ser sincero/a, comunicarse, decir las cosas, pero decirlas bien. No arrojar las palabras al otro, no usarlas como arma sino como herramienta. Y como ocurre cuando quieres reparar algo, necesitas las herramientas adecuadas. Si intentas arreglar un reloj estropeado con un martillo lo vas a romper. Necesitas algo mucho más preciso y delicado. Pues con el lenguaje lo mismo.

      Si lo quieres usar para romper, allá tú con tu conciencia: cada uno recoge lo que siembra. Pero si lo quieres usar para resolver un problema,asegúrate de que no lo haces mostrándole al otro lo equivocado que está, sino por qué tienes tú razón. Parece lo mismo pero no, ¡no lo es!

      ¡Qué bueno que viniste! Me encanta tenerte por aquí, eres un fichaje estupendo… 😉 ¡Abrazo!

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      • Silvia

        Graciasssss
        ;))
        Encantada de leerte!!

        Esta claro que en muchas ocasiones podemos optar por dos caminos diferentes que cambiarán notablemente el resultado según sea el que elijas….
        Construir puentes, o levantar muros…. A mi siempre me ha gustado más construir puentes, Me parece una visión mucho más bonita, y si puedo evitarlo, prefiero no levantar muros, aunque tampoco me apetezca cruzar el puente. Mejor coger otro camino que te interese más y ya está…

        Un abrazo

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  6. Pensé que iba a encontrar más diferencias con mi país, pero no, son muy similares. De hecho en Colombia cuando vives con tus padres la frase es: «en está casa se hace lo que yo diga»… Mis padres nunca la utilizaron conmigo pero la madre de una amiga la utilizaba mucho y aunque me daba pesar por mi amiga, me daba mucha risa que la dijera… Sonaba muy chistoso, además con la cara de brava que ponía… Me acuerdo y me da risa 😀

    Yo no soy partidaria de las discusiones, normalmente termino llorando a penas empezando, así que intento no discutir. Me gusta hablar, con argumentos, escuchar, aprender y defender mis puntos de vista, cuando es el caso. Las discusiones las evito como la peste, nunca sale nada bueno de ellas (salvo dolores de cabeza, malas vibras y a veces remordimiento por las cosas que se han dicho) 😦

    Un abrazo,

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    • Jajajaja, sí Diana, esa también es muy mítica. ¡Cuánta gente se habrá ido de casa de sus padres para no escucharla más! Aunque bueno, si lo miras desde esa perspectiva, si te da el empujón que necesitas para independizarte, al menos tiene un lado positivo.

      A mí me pasa un poco como a ti, odio las discusiones y me sacuden mucho, y sí, lo más probable es que acabe llorando o con la´grimas en los ojos. Y entonces me enfado todavía más porque sé que normalmente las muestras de emotividad como esa, juegan en contra de una cuando se trata de explicarte. No debería ser así y es un prejuicio horroroso, pero ahí está. Parece que quieras sacar ventaja dando pena (o eso piensa mucha gente) ¡y no es verdad! ¡Es muy mentira!

      Muchas gracias por pasarte y comentar, linda. Debo varias lecturas por tus blogs, pero lo tengo prohibido hasta mañana que acabe con el curso porque si empiezo… ¡ya no paro!

      ¡Un abrazote!

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  7. Oliver

    Sin duda, son todas frases absolutamente innecesarias en una conversación y que lo único que aportan es más leña al fuego.. En mi grupo de amigos, a uno de ellos le encanta debatir/criticar cualquier cosa o punto de vista sobre algo, imponiendo su opinión sobre la de los demás queriendo dar aires de “superioridad intelectual”. De esta forma siempre termina ofendiendo a alguien y creando ambientes caldeados innecesarios.. Como bien dices, ¿Qué beneficio sacas de un comportamiento así? Ninguno…
    En este sentido, frases como la de “ya te lo dije yo” o “tendrías que haberme hecho caso” no tienen ninguna utilidad y sólo provocan más conflicto. Yo soy más de tratar de entender otras posturas y seguir aprendiendo.
    Muy buen post 😀
    Un beso!!

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    • Jajajaja, ¿por qué será que en todos los grupos de amigos hay uno de esos? Si debatir es una cosa maravillosa y que aporta a todo el mundo cuando se hace bien… Tampoco sé que tipo de placer puede reportar ese «haber quedado por encima», cuando aparte de haber ofendido a alguien te has convertido en el centro de atención pero para mal, y probablemente al final de la intervención no haya un sólo ofendido, sino que todos desaprueben tu comportamiento… En fin, tú que también eres zen y ves una oportunidad de aprender donde otros ven una lucha a muerte, ya sabes… ¡a crear escuela!

      Mil gracias por pasarte y otro besazo para ti.

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  8. Gran post Anina, un placer visitar tu página y recibir tan buenas, bonitas y baratas dosis de (in)formación.
    La comunicación es realmente importante en nuestras vidas y opino que es una prioridad el entenderla para mejorarla. Con ello no solo mejoraremos en nuestras relaciones, sino también a nosotros mismos, a todo lo que nos rodea y a nuestra forma de ver el mundo. Gracias por echar una mano 😉
    Todas las frases que comentas (y otras muchas) parten de un desconocimiento no solo de los efectos de nuestro lenguaje, sino también de cómo funcionamos, de para qué hacemos lo que hacemos y de cómo ésto afecta a los demás.
    Esto tiene mucho que ver con que somos bastante capaces de advertir casi siempre lo que los demás hacen o dicen, y sin embargo no nos damos cuenta casi nunca de lo que nosotros mismos hacemos o decimos; si no nos enteramos de lo segundo no sé como carajo (sin perdón) vamos a darnos cuenta de los efectos que producimos en los demás.
    No hace mucho que escribí sobre los comportamientos especulares, que es un tema que me parece muy importante, y rescato éste párrafo:
    “Somos realmente buenos a la hora de hacernos una imagen equivocada de nosotros mismos, menos mal que están los demás (espejos) para abrirnos los ojos de vez en cuando. Éste es uno de los motivos por los que no suelo creerme las opiniones de la gente sobre sí mismos, porque es muy frecuente que la idea que tenemos sobre nosotros resulte equivocada. No tiene tanto que ver con que la gente mienta o no, sino con que la gente no sabe como funciona ni como es en realidad.”
    ¡Saludos!

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    • ¡Hola Juan!

      En primer lugar, muchas gracias a ti por tu comentario y por todas las cosas bonicas que dices. Estoy totalmente de acuerdo contigo y de ahí que vea la necesidad de hablar de este tipo de cosas. Lo que comentas sobre las percepciones equivocadas hacia nosotros mismos viene a resumirse más o menos en ese vasto elenco de sabiduría popular que es el refranero: lo de buscar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro propio. Es más eficaz rectificar nuestra forma de pensar que tratar de cambiar sistemáticamente a los demás. La autocrítica y la empatía son fundamentales a la hora de establecer principios adecuados que guíen nuestras interacciones con los otros.

      Voy a tener que leer (con gran satisfacción sin duda) ese post tuyo al que te refieres.

      Siempre es un placer recibir tus aportaciones constructivas y tu feedback motivador. Eres un gran ejemplo de cómo «utilizar la palabra impecablemente».

      ¡Un abrazo!

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  9. aitana

    a ti te parece normal que tu mayor fan se entere de la existencia de este blog hoy???!!!! como diria julio iglesias….escribes bien…y lo sabes!!! y esta entrada mola mucho. yo añadiria algo que a mi personalmente me duele mucho y no es ni una frase es solamente una palabra … «callate» no hay cosa que mas me fastidieee!!!!! jiji. un besin, y aqui tienes una seguidora mas!!!

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    • ¡Hola Aiti!

      Jajajajaja, bienvenidaaaaa… Pensé que ya andabas al corriente porque de vez en cuando suelo postear alguna entrada en el FB. Últimamente tienes a Julio muy presente que ya lo veo yo, ¡a él y a Cristian Grey! xDDD

      La de «cállate» también es lo peor de lo peor. Yo lo pondría a la misma altura que el hecho de que se calle como un muerto la otra persona y te deje hablando sola con el ceño fruncido y mirando al infinito… ¬¬ Lo que estoy viendo es que este post pide a gritos una segunda parte: «OTRAS CINCO frases demoledoras».

      Gracias por compartir y un besote giganteeeee, ¡me alegro una tonelada de recuperar a la que probablemente fuese mi primera fan! ^^

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  10. ¡Hola!
    Me ha encantado tu publicación. Lo has escrito con mucha frescura y naturalidad y eso se transmite en cada una de tus palabras. Muy bueno.
    Además, el tema es interesante y cuanto menos invita a la reflexión porque… ¿Quién no ha recurrido a alguna o a todas esas frases alguna vez en medio de una discusión? Es un error muy común en que tod@s hemos caído alguna vez.
    Te felicito, guapetona!! Un abrazo!!
    Ali

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    • ¡Hola Ali!

      Encantada de recibirte y leerte por aquí. Merecer tu atención y que el texto te llegue lo suficiente como para que te apetezca dejar un comentario (y además con esas palabras de ánimo) es impagable. ¡Vosotros si que sois biocombustible del bueno!

      Supongo que lo más importante para transmitir con sinceridad es sentir, y sentirlo de verdad. ¿Se nota que es un post escrito después de una discusión de esas que machacan? XD

      Muchísimas gracias por tu visita y por hacer de estos monólogos que son los posts un auténtico diálogo.

      Otro abrazo muy grande para ti!

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